Alejandra Olivares, presidenta del Colegio de Coaches Certificados de Chile, cuenta que el gremio nació a partir de simples preguntas que se hicieron una vez terminadas sus certificaciones.
Un grupo de coaches se hicieron una seguidilla de preguntas: Ahora que estamos certificados, ¿qué hago?, ¿quién respaldará mi actividad como coach?, ¿quién reconocerá que soy coach certificado?, ¿Quién regularizará el correcto ejercicio del coaching que se realice en el mercado?, ¿Dónde podré encontrar las Instituciones o Certificadoras que sean reconocidas?, ¿Dónde podré crear redes colaborativas con otros coaches??
Las respuestas a esas preguntas las encontraron cuando fundaron el Colegio de Coaches. “Cuando comenzamos a tramitar la constitución y vimos que los colegas apoyaban este proyecto con motivación, no solo de ser colegiados sino de ser parte y colaborar, pudimos constatar la necesidad de que existiera un organismo que posicionara a los coaches en su actividad profesional y bajo un Código de Ética”, explica Alejandra Olivares.
Agrega que están trabajando muy motivados en fortalecer la red que ha comenzado a formarse y sobretodo “generar una dinámica colaborativa para que esta actividad tenga un rol no sólo en el ámbito privado, sino en el público. Tenemos una serie de proyectos innovadores y de real impacto que estamos elaborando, entendiendo que como asociación también tenemos un rol en la construcción de una sociedad más respetuosa, solidaria y empática”.
Para la directora de esta asociación, el coaching es una disciplina que utiliza una metodología de acompañamiento, “basada en preguntas que un coach formula a otra persona llamada coachee, para apoyarlo en el autodescubrimiento de sus propios recursos, visualización de sus creencias, valores y motivaciones. De esta manera lograr sus objetivos personales o profesionales en un tiempo adecuado”.
“El poder de elección y decisión queda en manos del coachee, pues hay momentos en que estamos frustrados por no llegar a nuestras metas y nos afecta negativamente. Hay momentos que nos damos cuenta de esto. El coaching puede ayudar a clarificar la situación actual con la situación deseada, desde los mismos recursos que tiene la persona cachee, pues las respuestas están siempre adentro del ser y no afuera”.
Aclara que el coach no es un mentor; no es un maestro; no es un consultor, tampoco un entrenador deportivo. “El coach trabaja en el sistema constituido por las conversaciones, los estados de ánimo, los distintos tipos de lenguaje, trabaja sobre el ser y sus recursos, para alcanzar sus metas”.
“Los requisitos para ser coach profesional son tanto de aptitud como de actitud. Un coach debe tener la motivación por conocer al ser humano, su comportamiento, su vida, sus patrones, sus creencias, su potencial. La base de la labor como coach es confiar en las personas y en sus capacidades para que sean el potencial importante para el logro de sus metas. Acompañar desde el sentido del servicio y con el propósito de apoyar, por encima de todo, sabiendo que como coach no tenemos las respuestas sino que las respuestas las tiene el coachee. Tener un sentido de servicio y un propósito de ayuda por encima de todo”, explica.
COACHING EN CHILE
De ser una moda, el coaching finalmente llegó para quedarse. “Es que es una herramienta que funciona, porque permite tener resultados en corto tiempo. Lamentablemente el coaching es una palabra que se asocia a diferentes intervenciones que se alejan de su real práctica. Existe confusión y poca claridad de la actividad en sí, y por esta razón creemos que es un objetivo fundamental del Colegio dar a conocer el coaching como profesión. Reconocer y respaldar a quienes realicen esta actividad profesional acorde a los estándares del Código de Ética”, concluye Alejandra Olivares, presidenta de la Asociación.